
Hay que competir para ganar. Sin embargo, para perder, ni siquiera es necesario entrar al campo de juego. Basta con quedarse en las graderías viendo como otros corren para anotar o, lo que es peor, quedarse en casa sin interesarse en lo que ocurre allá afuera.
Estas premisas son válidas tanto en la cancha como en los negocios. Tanto si estás acomodado en las mieles del éxito y piensas que has innovado lo suficiente como si estás preocupado por la desaceleración de las ventas en los últimos años, puede ser que estés perdiendo más de lo que crees.
Mientras el comercio electrónico es la única industria multimillonaria que crece a un paso porcentual de dos dígitos por año, tu compañía sigue usando internet solo para compartir y recibir información.
El Global B2C E-commerce Report 2016, emitido por Ecommerce Foundation, reveló que el comercio electrónico ya representa el 7% de las ventas totales de retail en todo el mundo. Según este informe, en 2015 más de 1.4 billones de personas compraron bienes y servicios por internet al menos una vez, gastando en total $2,272.7 billones. Se estima que este monto creció 17.5% en 2016.
Lamentablemente, América Latina sigue siendo uno de los mercados más pequeños para el comercio electrónico, solo por encima del Medio Oriente, y con una porción del 1.4% del total de ventas. Pese a ello, el potencial en la región es evidente, pues el mercado creció 28%, de 2014 a 2015. Y no solo las transacciones de compra y venta al consumidor están aumentando, sino también las transacciones entre negocios.
Durante una conferencia magistral que impartí a 150 gerentes de Centroamérica, confirmé que este potencial se está desperdiciando en nuestros países. Si bien todos los gerentes reconocieron que era indispensable integrar el comercio electrónico al planeamiento estratégico de su empresa, solo 3 de ellos habían implementado proyectos relacionados en el último año.
Aunque hay grandes avances en Costa Rica, Centroamérica en general se está quedando atrás. Las razones están relacionadas con aspectos de la cultura empresarial, la desconfianza a la seguridad cibernética y la poca disponibilidad de soluciones de pago en línea confiables y eficientes.
Nuestra experiencia en The Pagadito Group, compañía que cuenta con soluciones de pago en línea ágiles y seguras, nos ha mostrado que todavía hay una abrumadora cantidad de gerentes que siguen tomando decisiones bajo la lógica tradicional, y que posiblemente para que esta lógica evolucione al comercio en línea se requiera un relevo generacional para innovar.
Asimismo, muchos de los gerentes tradicionales no están dispuestos a destinar presupuesto a la generación de proyectos de comercio electrónico ni a las estrategias publicitarias que deben acompañarlos.
Del lado de los consumidores, aunque todavía existe cierta desconfianza en el uso de tarjetas de crédito y débito online, la adopción de esa modalidad de pago está creciendo y por ende la demanda de servicios más eficientes. Esta demanda creciente se ve estimulada también por el rechazo a las largas filas de espera y a las incomodidades de la compra en vitrina, así como el denso tráfico de las ciudades y la falta de parqueo.
Compañías que van a la vanguardia ya están ofreciendo comprar productos de primera necesidad como alimentos y medicamentos o hacer sus pagos en línea. Pero estas aún son muy pocas.
Todos sabemos que cuando hay menos jugadores hay mayores posibilidades de ganar. Quien decida subirse hoy a la ola del comercio electrónico en la región eliminará fronteras y hará negocios 24/7, modernizándose y compitiendo con los grandes, aumentando sus ingresos y generando nuevos negocios. Claramente, estará adelante en la curva de aprendizaje. Quien no lo haga, seguirá orgulloso con sus estrategias de hace 20 años, saboreando glorias que están condenadas a ser desplazadas, tarde o temprano, por ideas innovadoras. Este último es y será, sin duda, el gran perdedor.